El pasado sábado 24 de octubre la Peña Taurina Andy Cartagena de Benidorm celebró como viene siendo habitual su fiesta anual de final de temporada. En esta ocasión la agrupación se reunió en un restaurante de la citada localidad donde, contando con la presencia del propio rejoneador, pasaron una entretenida jornada que se alargó hasta casi entrada la noche.

Además, los miembros de la peña quisieron regalarle a Andy un cuadro pintado por uno de ellos en el que se puede ver al jinete poniendo una banderilla al violín.

Tras su último triunfo en Francia, concretamente en Arles donde cortó cuatro orejas, Andy sigue conquistando territorio galo. En esta ocasión ha sido Palavás, donde saldó su mano a mano con Diego Ventura con un rotundo éxito tras pasear otros cuatro apéndices de su lote de Hermanos Sampedro, un lote que no colaboró en exceso. Y todo ello tras reponerse del ataque antitaurino que sufrió minutos antes de comenzar el festejo.

 El primer trofeo lo cortó al toro que abría plaza, un ejemplar manso y que no dio muchas opciones a Cartagena. Pese a ello, el de Benidorm se impuso a estas circunstancias y logró brillar sobre Sol y Sombra y Mediterráneo, con el que puso banderillas al violín que conectaron fácilmente con el público. Remató esta primera faena con Pintas, con el que ejecutó un extraordinario rejonazo.

 Sin demasiado recorrido resultó el tercero de la tarde, y segundo del lote de Andy. Ante él, el rejoneador volvió demostrar la maestría que atesora y firmó una faena de gran relieve con la que, una vez más, convenció de nuevo al respetable. En esta ocasión lo consiguió montando a Gamo, Cuco y Pantera, que debutaba esa tarde. Para el último tercio sacó a Luminoso, con el que también fue certero en el uso del rejón. Le pidieron con fuerza una oreja que le fue concedida.

 En su último turno, Cartagena formó un auténtico alboroto. Realizó una faena de mucha emoción y con la que acabó de conquistar a los allí presentes, que pudieron vibrar con Gorrión, Cuco, Pericalvo así como con Zico, que volvió a sorprender andando varios metros sobre las patas traseras. Andy rubricó su obra con un fulminante rejonazo sobre Pintas y se llevó dos merecidas orejas.